el origen del nini

EL ORIGEN DE LOS NINIS 

         De 1970 a 1990,   la Población Económicamente Activa (PEA) en México creció a una tasa anual de 3.1 por ciento en promedio. Salto de 12.95 millones de personas a 24.0 millones. De acuerdo con los datos del INEGI, ese mismo lapso, la economía  creció a una tasa anual promedio de 4.3 por ciento. Es decir, tuvo la capacidad para generar los puestos de trabajo necesarios para absorber el crecimiento de la PEA.

La historia ya no fue la misma en los años siguientes.

       Aunque la tasa de crecimiento de la población bajo hasta llegar a 1.6 por ciento anula hacia el año 2000, a partir de 1990 llegaron a la edad laboral quienes nacieron en la década de los 70, cuando el crecimiento demográfico era cercano a 3 por ciento.

        Además, fue una etapa en la que se acelero la incorporación  de la mujer al mercado  laboral.

      Todo esto produjo que, de acuerdo con datos oficiales, la PEA de la década de  los 90 haya crecido a una tasa media anual de más de 4 por ciento.

       En contraste, el crecimiento de la economía se vino para abajo y solo alcanzo una tasa media de 3.4 por ciento al año.

        Desde hace 20 años, muchos jóvenes de entonces no pudieron acceder al mercado laboral formal. No hay  datos del empleo registrado en el IMSS para todo el periodo, pero entre 1994 y el año 2000 su crecimiento medio anual  fue de 3.5 por ciento, insuficiente para absorber las presiones demográficas.

        Quizá la gran diferencia entre los ninis, que empezaron a crecer desde finales del siglo  pasado, es el destino que tuvieron. En ese entonces, probablemente algunos dejaban de ser ninis de  cuando en cuando a través de su inserción de la economía informal o mediante la migración a los Estados Unidos  era de más de 300 mil personas al año.

        Sin embargo, hoy, una de las actividades hacia las que se desplazaron los ninis fue a la delincuencia organizada.

       No quiere decir esto que ya no se vayan a la informalidad  ni emigren al norte. Pero ahora, adicionalmente la criminalidad los atrapa.

        En los diez años, la PEA creció en alrededor de ocho  millones de personas, mientras que el número de asalariados formales lo hizo en 2.04 millones en el mismo lapso.

        En esos seis millones de diferencia hay muchos ninis, que ahora ya tienen “trabajo”  en la como parte de los ejércitos de la delincuencia organizada.